
A l'Abril els catalans celebrem la diada de Sant Jordi. Per qui no conegui la llegenda, és la història d'un cavaller que va salvar a un princesa de ser devorada a mans d'un drac. Sant Jordi amb la seva llança va travessar la bèstia i de la sang en va sortir una rosa vermella que va regalar a la dama. Aquest mes, a la revista Kids, a la Kidi també li regalaran una rosa, però no us explico res més, aquí la teniu:
EL REGNE DEL FOLLET BARBUT
En el meu descens vaig tenir la mala sort de fer una petita rascada al globus que va anar perdent aire fins aterrar accidentalment a sobre d'un bolet. Era la casa del Follet Barbut que va quedar destrossada. De seguida em vaig adonar de què havia passat, perquè una desena de soldats armats em van arrestar i em van conduir fins a veure'l.
-M'has destrossat el palau, sort en tens que no hagis ferit ningú. Volies fer-me desaparèixer per quedar-te amb el meu regne... oi?-
- No i ara, hi he caigut per accident! No heu vist que se m'ha desinflat el globus? Sóc la Kidi i viatjo per aprendre jocs nous, venia al vostre món perquè he sentit a dir que sabeu un joc molt divertit anomenat “La gallina cega” i m'agradaria que me l'ensenyéssiu. -
-Però m'has deixat sense casa, tu creus que tinc ganes de jugar?-, digué en Barbut molt enfadat.
En aquells moments vaig veure que o bé feia servir els meus poders, o tot acabaria molt malament. No us ho havia explicat perquè no havia tingut cap necessitat de fer-los servir fins aquell moment: tinc poders màgics!
-Si us arreglo el palau em deixareu anar i m'ensenyareu el joc?- vaig preguntar tímidament.
A la cara del Follet es va dibuixar un somriure.
-Si ets capaç de deixar el meu palau igual que estava, et deixaré anar i t'ensenyaré a jugar.-
Em van deixar lliure i en pocs minuts les línies del meu cos van començar a canviar de color (sempre que feia servir els meus poders em passava), i a poc a poc vaig reconstruir tot el palau sense deixar-me ni un detall. Els Follets van quedar meravellats, sobretot en Barbut que va complir la seva paraula ensenyant-me aquell joc:
-Embenem els ulls amb un mocador al follet que farà de “Gallineta” i es col·loca al centre de la rotllana que farem al seu voltant. Sense veure-hi, ha de palpar la cara d'un de nosaltres i endevinar qui és...-
Va ser molt divertit! Quan em va tocar a mi no encertava el nom de cap, però vaig riure molt tocant aquells nassos tan arrodonits i petits. Després de jugar tota la tarda, el Follet Pau em va regalar una preciosa rosa vermella. Tot seguit, el Follet Barbut em va regalar un llibre. Una mica desorientada els vaig donar les gràcies.
-En aquesta època de l'any ens regalem roses i llibres els uns als altres en senyal d'amor i pau. Fa molts anys, conta la llegenda, que hi va haver un cavaller humà que va salvar a una princesa d'un Drac, de la sang que es va vessar de la bèstia en va sortir una bonica rosa vermella...- explicà en Barbut.
-I el llibre?- vaig preguntar.
-No haguéssim conegut aquesta història sense un llibre que van trobar els nostres avantpassats a sota d'una roca. Per aquest motiu, no volem perdre el costum que tenim de llegir... Què et passa que no estàs contenta?-
-Si, molt, però és que el meu globus està desinflat i no puc marxar.-
-Fes servir els teus poders- em va dir en Barbut.
-No ho puc fer tant seguit, he d'esperar una setmana si no em quedaria sense forces i em posaria malalta. Em puc quedar uns dies amb vosaltres?-.
Tots van estar encantats que em quedés una setmaneta, tots menys el Follet Carles que no sé per quina raó no li agradava la meva presència... El mes que ve us explicaré per què.
Fins aviat!
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Il·lustració:Marina L. Aceituno |
En el mes de Abril, los catalanes celebramos "la diada de Sant Jordi". Para quien no conozca la leyenda, es la historia de un caballero que salvó a una princesa de ser devorada por un dragón. Sant Jordi con su lanza atravesó a la bestia y de la sangre salió una rosa roja que regaló a la dama. Este mes en la revista Kids, a Kidi también le regalaran una rosa, pero no os cuento más, aquí la tenéis:
ELREINO DEL DUENDE BARBUDO
En mi descenso tuve la mala suerte de hacer un pequeño rasguño al globo que fue perdiendo aire hasta aterrizar accidentalmente encima de una seta. Era la casa del Duende Barbudo que quedó destrozada. Enseguida me di cuenta de qué había pasado, porqué una decena de soldados armados me arrestaron y me condujeron hasta verlo.
-Me has destrozado el palacio, suerte tienes que no hayas herido a nadie. Querías hacerme desaparecer para quedarte con mi reino... ¿verdad? -
-No, no, he caído por accidente! ¿No habéis visto que se me ha desinflado el globo? Soy Kidi y viajo para aprender juegos nuevos, venía a vuestro mundo porque he oído decir que sabéis un juego muy divertido llamado "La gallina ciega» y me gustaría que me lo enseñarais. -
-Pero me has dejado sin casa, tú crees que tengo ganas de jugar? -,dijo Barbudo muy enfadado.
En aquellos momentos vi que o bien usaba mis poderes, o todo acabaría muy mal. No os lo había contado porque no había tenido ninguna necesidad de utilizarlos hasta ese momento: tengo poderes mágicos!
-Si os arreglo el palacio me dejaréis ir y me enseñaréis el juego?- pregunté tímidamente.
En la cara del Duende se dibujó una sonrisa.
-Si eres capaz de dejar mi palacio igual que estaba, te dejaré ir y te enseñaré a jugar.-
Me dejaron libre y en pocos minutos las líneas de mi cuerpo empezaron a cambiar de color (siempre que usaba mis poderes me pasaba), y poco a poco reconstruí todo el palacio sin dejarme ni un detalle. Los Duendes quedaron maravillados, sobre todo Barbudo que cumplió su palabra enseñándome ese juego:
-Vendamos los ojos con un pañuelo al duende que hará de "Gallinita" y se coloca en el centro del corro que haremos a su alrededor. Sin ver, debe palpar la cara de uno de nosotros y adivinar quién es...-
Fue muy divertido! Cuando me tocó a mí no acertaba el nombre de ninguno, pero me reí mucho tocando aquellas narices tan redondeadas y pequeñas. Después de jugar toda la tarde, el Duende Pablo me regaló una preciosa rosa roja. A continuación, el Duende Barbudo me regaló un libro. Un poco desorientada les di las gracias.
-En ésta época del año nos regalamos rosas y libros unos a otros en señal de amor y paz. Hace muchos años, cuenta la leyenda, que hubo un caballero humano que salvó a una princesa de un Dragón, de la sangre que se derramó de la bestia salió una bonita rosa roja ...- explicó Barbudo.
-Y el libro? - Pregunté.
-No hubiéramos conocido ésta historia sin un libro que encontraron nuestros antepasados debajo de una roca. Por éste motivo, no queremos perder la costumbre que tenemos de leer ... ¿Qué te pasa, no estás contenta? -
-Si, mucho, pero es que mi globo está desinflado y no puedo irme .-
-¡Usa tus poderes!- exclamó Barbudo
-No lo puedo hacer tan seguido, tengo que esperar una semana si no me quedaría sin fuerzas y me pondría enferma. Me puedo quedar unos días con vosotros? -.
Todos estuvieron encantados que me quedara una semana, todos menos el Duende Carlos que no sé por qué razón no le gustaba mi presencia... El mes que viene os explicaré por qué.
Hasta pronto!
En mi descenso tuve la mala suerte de hacer un pequeño rasguño al globo que fue perdiendo aire hasta aterrizar accidentalmente encima de una seta. Era la casa del Duende Barbudo que quedó destrozada. Enseguida me di cuenta de qué había pasado, porqué una decena de soldados armados me arrestaron y me condujeron hasta verlo.
-Me has destrozado el palacio, suerte tienes que no hayas herido a nadie. Querías hacerme desaparecer para quedarte con mi reino... ¿verdad? -
-No, no, he caído por accidente! ¿No habéis visto que se me ha desinflado el globo? Soy Kidi y viajo para aprender juegos nuevos, venía a vuestro mundo porque he oído decir que sabéis un juego muy divertido llamado "La gallina ciega» y me gustaría que me lo enseñarais. -
-Pero me has dejado sin casa, tú crees que tengo ganas de jugar? -,dijo Barbudo muy enfadado.
En aquellos momentos vi que o bien usaba mis poderes, o todo acabaría muy mal. No os lo había contado porque no había tenido ninguna necesidad de utilizarlos hasta ese momento: tengo poderes mágicos!
-Si os arreglo el palacio me dejaréis ir y me enseñaréis el juego?- pregunté tímidamente.
En la cara del Duende se dibujó una sonrisa.
-Si eres capaz de dejar mi palacio igual que estaba, te dejaré ir y te enseñaré a jugar.-
Me dejaron libre y en pocos minutos las líneas de mi cuerpo empezaron a cambiar de color (siempre que usaba mis poderes me pasaba), y poco a poco reconstruí todo el palacio sin dejarme ni un detalle. Los Duendes quedaron maravillados, sobre todo Barbudo que cumplió su palabra enseñándome ese juego:
-Vendamos los ojos con un pañuelo al duende que hará de "Gallinita" y se coloca en el centro del corro que haremos a su alrededor. Sin ver, debe palpar la cara de uno de nosotros y adivinar quién es...-
Fue muy divertido! Cuando me tocó a mí no acertaba el nombre de ninguno, pero me reí mucho tocando aquellas narices tan redondeadas y pequeñas. Después de jugar toda la tarde, el Duende Pablo me regaló una preciosa rosa roja. A continuación, el Duende Barbudo me regaló un libro. Un poco desorientada les di las gracias.
-En ésta época del año nos regalamos rosas y libros unos a otros en señal de amor y paz. Hace muchos años, cuenta la leyenda, que hubo un caballero humano que salvó a una princesa de un Dragón, de la sangre que se derramó de la bestia salió una bonita rosa roja ...- explicó Barbudo.
-Y el libro? - Pregunté.
-No hubiéramos conocido ésta historia sin un libro que encontraron nuestros antepasados debajo de una roca. Por éste motivo, no queremos perder la costumbre que tenemos de leer ... ¿Qué te pasa, no estás contenta? -
-Si, mucho, pero es que mi globo está desinflado y no puedo irme .-
-¡Usa tus poderes!- exclamó Barbudo
-No lo puedo hacer tan seguido, tengo que esperar una semana si no me quedaría sin fuerzas y me pondría enferma. Me puedo quedar unos días con vosotros? -.
Todos estuvieron encantados que me quedara una semana, todos menos el Duende Carlos que no sé por qué razón no le gustaba mi presencia... El mes que viene os explicaré por qué.
Hasta pronto!